Flan de huevo casero sin horno: ¡al baño maría!

Receta ↓ Ángela Solar

¿Listo para un postre que te hará suspirar? Te presentamos el flan de huevo casero sin horno, una delicia que se prepara al baño maría y que te encantará por su textura suave y su sabor inigualable. Olvídate del horno y déjate llevar por la magia de esta técnica tradicional que nunca falla.

¿Eres un entusiasta de los sabores intensos y las texturas cremosas? Entonces, no puedes dejar de probar la variante con un toque goloso: el flan de huevo con chocolate. Y si lo tuyo es la nostalgia de los sabores de siempre, el flan de huevo con azúcar moreno te conquistará. Para los paladares que buscan una experiencia única, el flan de huevo con leche condensada es la elección perfecta.

Crear tu propio flan de huevo casero es una aventura culinaria que te llenará de orgullo. ¿Te atreves a sumergirte en esta dulce experiencia?

Los ingredientes clave

Para esta deliciosa receta casera que te enamorará, solo necesitas tres ingredientes esenciales. La magia reside en la calidad y la combinación perfecta de estos componentes, que se transforman en un postre de textura celestial y un dulzor que acaricia el paladar.

• Huevos – La piedra angular de nuestro flan. Asegúrate de que sean frescos, porque van a marcar la diferencia en el sabor final. Yo siempre los elijo de corral, ¡notarás ese toque casero!
• Leche – Aquí tienes libertad. ¿Eres de los que disfrutan de un postre cremoso? Entonces ve a por la leche entera. Pero si prefieres algo más suave, la leche desnatada es tu aliada. Yo, personalmente, no me resisto a la textura que da la leche entera.
• Azúcar – El dulzor que nos hace suspirar. El azúcar blanco es el clásico, pero te animo a experimentar con azúcar moreno para darle un toque caramelizado y profundo. ¡Atrévete a probar y cuéntame!

¡Vamos a preparar el caramelo, una parte fundamental de nuestro flan de huevo casero! Siempre recuerdo la primera vez que lo hice, ¡qué emoción! Para prepararlo, sigue estos pasos:

1. Derrite 100 gramos de azúcar en una cazuela a fuego medio hasta que obtengas un caramelo líquido y dorado. Yo siempre recomiendo usar azúcar moreno para darle un toque más rico y caramelizado.
2. Engrasa un molde con mantequilla y vierte el líquido en el fondo del molde, moviéndolo suavemente para cubrir toda la superficie. ¡Ojo! No te quemes con el caramelo, ¡es muy caliente!

Una vez que tengas el caramelo listo, puedes añadirle un poco de sal para darle un toque de contraste, ¡o incluso unas gotas de esencia de vainilla para darle un aroma irresistible!

¡Vamos a por el paso más importante de nuestro flan de huevo casero! Preparar la mezcla del flan. Siempre afirmo que una mezcla bien hecha es la clave del éxito de un postre perfecto. Para ello, bate los huevos y la leche en un bol hasta que estén bien integrados. Personalmente, prefiero usar una batidora de mano para obtener una textura más suave y uniforme.

A continuación, añade el azúcar y mezcla hasta obtener una crema homogénea y sin grumos. ¡Cuidado! No te excedas con la batidora, ya que podrías incorporar demasiado aire a la mezcla y podría salir más esponjoso de lo deseado.

• Para darle un toque de sabor especial a tu postre, puedes añadir una cucharadita de extracto de vainilla o una ralladura de limón a la mezcla.
• Si prefieres una textura más fina, pasa por un colador antes de verter en el molde.

¡Ahora vamos a por el paso más emocionante! La elaboración del flan al baño maría es un proceso mágico que te encantará. Observa cómo la mezcla se convierte en un sabroso postre con una textura suave y una capa de caramelo crujiente.

Comienza por verter la mezcla en el molde con caramelo. Yo siempre recomiendo hacerlo lentamente y con cuidado para evitar que se formen burbujas de aire en la mezcla.

Una vez vertida la mezcla, es hora de preparar el baño maría. Coloca en una olla grande y añade agua hasta que cubra la mitad. Luego, cubre la olla con una tapa y lleva el agua a ebullición a fuego medio-alto.

Al hervir el agua, baja el fuego a medio-bajo y cocina durante 40-45 minutos, hasta que esté firme al tocarlo ligeramente. Recuerda no abrir la olla mientras se cocina, ya que podrías romper la capa de caramelo y arruinar su textura.

Una vez listo, retira la olla del fuego y deja enfriar a temperatura ambiente. Después, puedes refrigerarlo durante al menos 2 horas antes de desmoldarlo. Si quieres darle un toque extra de sabor, puedes espolvorear un poco de canela o glass encima antes de servirlo.

Enfriado y desmoldado: ¡el momento de la verdad!

¡Ya casi lo tienes! Una vez que esté listo, retira la olla del fuego y déjalo enfriar a temperatura ambiente. Recuerdo mi primera vez preparando uno, estaba tan ansiosa por desmoldarlo que casi lo rompí. ¡Así que ten paciencia!

Después de que se haya enfriado, puedes refrigerarlo durante al menos 2 horas antes de desmoldarlo. Yo suelo prepararlo por la noche y dejarlo enfriar en la nevera hasta el día siguiente. Así, solo tengo que desmoldarlo y listo.

Antes de servirlo, ¿por qué no le das un toque extra de sabor? Puedes espolvorear un poco de canela o azúcar glass encima. También puedes experimentar con otras especias o incluso añadir un poco de sirope de caramelo o chocolate derretido. ¡Elige tu favorito y disfruta!